Se cumplen 30 años del proyecto Nuestra Señora de la Eucaristía, en Santa Rosa La Pampa, Argentina, que desde el año 2019 es llevado por laicos Adoratrices que trabajan en el acompañamiento a mujeres heridas en su dignidad, trabajando por su sanación, inclusión social y laboral.
El Centro de Acogida y Promoción a la mujer joven y adulta en prostitución comenzó en 1992 de la mano de Mario de la Torre, diácono permanente, y cooperador salesiano en los hogares de Don Bosco y fundador de la Fundación Aportes a la Humanidad.
Fue él mismo quien solicitó la presencia de la Congregación de las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, en la localidad de Santa Rosa, en la Pampa, ya que consideró que este carisma sería de vital importancia para la ciudad, dada la cantidad de mujeres que se ofrecían en las calles.
Las primeras Adoratrices que llegaron a esta ciudad fueron las Hermanas Marta Trejo, Eda Mª Corona y Analía Mariani, acompañadas por Hna. Provincial Mª del Carmen Mezquita.
Comenzaron su tiempo de experiencia y su trabajo pastoral en un garaje prestado, con todas las contras y dificultades que eso supone. Ellas, con arduo esfuerzo, emprendieron el trabajo social de captación y evangelización de las mujeres.
Poco a poco, la obra se fue consolidando y creciendo, a través de la incorporación de laicos Adoratrices y también de ayudas estatales y privadas.
En estos 30 años han pasado muchas hermanas por este Proyecto. Entre ellas: Hna. Rosalía Sierra, Hna. Adriana Grenethier, y Hna. Paula Del Conte, quienes permanecieron muchos años enriqueciendo y actualizando el Proyecto.
Después de 26 años, se decidió el cierre de la casa de las Adoratrices, pero no del proyecto. Debido a ello comenzó un proceso de discernimiento entre los laicos que lo acompañaban y finalmente se decidió que este quedara en manos del laicado.
Para ello se realizó una transición entre la comunidad religiosa y los laicos. Y se puso al frente del Proyecto al matrimonio formado por José Ignacio López y Yamila Pérez.
Durante un año las religiosas adoratrices acompañaron al matrimonio López-Pérez para que conocieran factores que hasta entonces eran “invisibles” a sus ojos, como el sostenimiento económico del Proyecto y los compromisos asumidos con el Gobierno Estatal y otras Entidades públicas, jurídicas y privadas, entre otros muchos. Así comenzaron a transitar la Misión compartida Adoratriz en enero del año 2019.
Desde entonces, el matrimonio López-Pérez lleva cuatro años de dedicación en esta Pastoral, “entre incertidumbres, reacomodamientos y en un aprendizaje continuo, caminando junto a mujeres afectadas por diversas formas de esclavitud, especialmente la prostitución acompañando su proceso de crecimiento y liberación”, explican.
“Años de compromiso con el carisma, con la convicción de que Dios nos quiere aquí y custodiando la vida de cada mujer que se acompaña, manteniendo viva la antorcha encendida que nos entregó Santa Micaela a través de la Comunidad Religiosa”, subrayan.
Las Adoratrices dejaron huella en esas tierras argentinas, tanto en sus habitantes como en las beneficiarias del proyecto, quienes hoy más que nunca hacen memoria agradecida de este hermoso Carisma Eucarístico-Liberador, que hoy sigue presente de la mano de Laicos formados y comprometidos con la misión.
Este año 2022 se celebra un nuevo aniversario de la presencia del Carisma Micaeliano, en Santa Rosa, la Pampa. 30 años de historia, de esfuerzos, de alegrías, centrados en el acompañamiento a Mujeres heridas en su dignidad, trabajando por su sanación, inclusión social y laboral.
Actualmente disponemos de una asistencia a 87 mujeres en situación de prostitución y 23 niños en el jardín maternal, además de diferentes talleres de capacitación laboral.
Para el desarrollo de esta misión disponen de talleres de capacitación laboral y talleres de formación humana.
El proyecto de Nuestra Señora de la Eucaristía cuenta con instructores, capacitadores rentados y voluntarios en los talleres de peluquería, costura industrial, manualidades y artesanías, panificación, cocina y repostería, formación humana – espiritual.
Así mismo, asistimos en forma externa a otras mujeres, necesitadas de alimentos, ropa, acompañamiento espiritual, psicológico, social, jurídico, a las cuales luego se las deriva a las entidades competentes.
El centro de capacitación, dispone de un grupo de voluntarios que cooperan en trabajos de enseñanza, mantenimiento y organización de actividades que se dan en nuestra Institución, sin ellos esta Obra sería difícil de sostener, algunos de ellos acompañan en el Proyecto desde los inicios del mismo.
Nuestro deseo y compromiso es continuar respondiendo en Fidelidad al Carisma legado por Santa María Micaela, acompañando y caminando junto a las Mujeres que nos han sido confiadas, siempre desde la pedagogía del Amor y animados por su ejemplo de vida y entrega.