El laicado es parte fundamental en familia Adoratriz que desarrolla la congregación adoratriz. Religiosas y personas laicas compartimos un mismo rumbo en el desarrollo de la misión a la que estamos llamadas para ser cuerpo congregacional, comprender y vivir que el Carisma es común a todas las personas que formamos parte.
Del carisma adoratriz se nutre hoy un amplio número de proyectos y comunidades a lo largo y ancho de todo el mundo.
Muchas personas desean compartir con nosotras el carisma recibido por Santa Micaela, aplicándolo a cada uno de nuestros campos de misión.
En mi juventud, buscaba un voluntariado y me acompañaron a conocer el proyecto que desarrollaban las hermanas y poco a poco ellas fueron compartiendo conmigo.
Juntos aprendemos a compartir desde lo cotidiano poniendo en valor la tarea y la esencia que aporta cada persona. Así crecemos de forma mutua y fortalecemos nuestro sentido de pertenencia.