¡Feliz Pascua de Resurrección 2023!

¡Feliz Pascua de Resurrección 2023!

¡Feliz Pascua de Resurrección 2023! Hoy es el día en que celebramos el suceso más maravilloso en la historia de la humanidad: Jesús, el Crucificado, ha vuelto a la vida.

En cada una de las casas donde las Adoratrices acompañamos a las mujeres, descubrimos cómo la Resurrección del Señor se hace realidad en la cotidianeidad. Cada mujer con la que compartimos la existencia nos va mostrando ese proceso de pasar de la muerte a la vida tras atravesar su propio proceso de liberación. Somos testigos de que, efectivamente, la muerte no tiene la última palabra. La esperanza siempre nos sorprende y nos sale al encuentro.

En esta solemnidad de la Pascua, las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento queremos reflexionar sobre el papel de las mujeres en este evento.

“Ellas actúan con independencia de los varones, obedecen la voz celestial que les ordena ir a anunciar a los discípulos el mensaje de la Resurrección y, finalmente, son las receptoras de la primera aparición del Resucitado” (Mujeres del alba, La osada esperanza al despuntar la aurora, pág. 14).

Tal y como señala el Evangelio de la Vigilia Pascual (Mateo 28, 1-10), María Magdalena y María acudieron al sepulcro de Jesús, “pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana”. Ellas, aunque tenían miedo y sabían que el sepulcro estaba custodiado, desean ir porque recordaban que el Señor dijo que resucitaría al tercer día: “Mientras estaban reunidos en Galilea, Jesús les dijo: ‘El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres: lo matarán y al tercer día resucitará’” (Mt 17, 22-23).

Allí, continúa el Evangelio de la Vigilia Pascual, apareció “un ángel del Señor, bajando del cielo”, que “corrió la piedra y se sentó encima”. Los centinelas “quedaron como muertos” y el ángel se dirigió a las mujeres:

“Vosotras, no temáis, ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis’. Mirad, os lo he anunciado”.

Las mujeres se marcharon “a toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciarlo a los discípulos”.

Entonces, el propio Jesús, les salió al encuentro y les dijo: “Alegraos” (…). “No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”.

Es cierto que María Magdalena y María, con la madre de Jesús a la cabeza, fueron las que permanecieron al pie de la Cruz, vieron a Jesús morir: “También estaban allí, observándolo todo, algunas mujeres que desde Galilea habían seguido a Jesús para servirlo.  Entre ellas estaban María Magdalena, María, madre de Santiago y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mateo 27, 55-56). Además, sabían dónde estaba sepultado: “Mientras tanto, María Magdalena y la otra María estaban allí, sentadas frente al sepulcro” (Mateo 27, 61).

No obstante, no deja de ser sorprendente que Jesús se revele primero a ellas, ya que en la sociedad judía de ese momento el testimonio de una mujer no tenía valor legal. De hecho, los propios apóstoles no las creyeron y fueron a comprobar por sí mismos que el sepulcro estaba vacío.

“Una vez más queda claro el alcance transformador de la resurrección: aquellas que, en su sociedad, en su cultura y en su religión estaban destinadas a ejercer roles absolutamente secundarios, son ahora las protagonistas de la nueva historia, ‘apóstolas de los apóstoles’, como con justicia eran llamadas en la antigüedad” (Mujeres del alba, La osada esperanza al despuntar la aurora, pág. 17).

Ahora compartimos también este himno creado por la Confederación Latinoamericana de Religiosos, CLAR, sobre su horizonte inspirador para el trienio 2022-2025: “Mujeres del alba. La esperanza despunta ya”.

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