Día Mundial de las Redes Sociales: Las Adoratrices, “Hacia una plena presencia”

Día Mundial de las Redes Sociales: Las Adoratrices, “Hacia una plena presencia”

En este 30 de junio de 2023, Día Mundial de las Redes Sociales, las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, queremos compartir con vosotros una reflexión pastoral sobre cómo vivir nuestra fe en el mundo digital. Se trata del documento “Hacia una plena presencia”, publicado por el Dicasterio para la Comunicación del Vaticano el 29 de mayo de 2023.

Tal y como explica el resumen ejecutivo de la web creada específicamente para este documento, su objetivo es promover la reflexión común sobre la implicación de los cristianos con los medios sociales, que cada vez forman más parte de la vida de las personas. Inspirado en la parábola del buen samaritano, el texto pretende promover una cultura del “amor al prójimo” también en la esfera digital.

Cuidado con las trampas en las autopistas digitales

La revolución digital ha creado nuevas oportunidades, pero presenta no pocos retos.  “Hacia una plena presencia” identifica varias trampas que debemos evitar en nuestro viaje por las “autopistas digitales”. A causa de fenómenos que van desde la reducción de los usuarios individuales a consumidores y mercancías, hasta la creación de “espacios individualistas” que agrupan a personas de ideas afines o fomentan comportamientos extremos, en el viaje por la esfera digital muchos quedan marginados o heridos.

Para los cristianos, esto plantea una pregunta: ¿Cómo podemos ayudar a que el entorno en línea se convierta en un lugar para compartir, colaborar y pertenecer, basado en la confianza mutua?

De la conciencia al verdadero encuentro

Actuar como buen prójimo en el entorno de las redes sociales comienza con una disposición a escuchar, como respuesta a la toma de conciencia de que quienes encontramos en línea son personas reales. Incluso en un entorno caracterizado por la “sobrecarga de información”, las actitudes de escucha intencionada y de apertura del corazón nos permiten pasar del mero reconocimiento del otro a un verdadero encuentro.

Podemos empezar a conocer a nuestro prójimo digital y a darnos cuenta de que sus sufrimientos nos conciernen. Nuestro objetivo es construir no sólo “conexiones”, sino encuentros que se conviertan en relaciones reales y fortalezcan las comunidades locales.

Del encuentro a la comunidad

En nuestro viaje por las autopistas digitales, podemos encontrarnos con los demás con el espíritu de quien pasa con indiferencia o con un espíritu de apoyo y compañía. Si hacemos esto último, nosotros -que a veces somos como el buen samaritano y a veces como el herido- comenzaremos a curar las heridas que produce un entorno digital tóxico.

Necesitamos reconstruir los espacios digitales para que sean entornos más humanos y saludables. Al mismo tiempo, podemos ayudar a orientar estos entornos para que fomenten comunidades auténticas basadas en ese encuentro encarnado que es indispensable para quienes creen en la Palabra que se hizo carne.

Un estilo característico

Los cristianos aportan un “estilo” característico a las redes sociales, un estilo de compartición que tiene su origen en Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros con sus palabras, sus acciones, su alma y su cuerpo. Él nos enseñó que la verdad se revela en la comunión, y que la comunicación también procede de la comunión, es decir, del amor.

La presencia de los cristianos en los medios digitales debe reflejar este estilo comunicando información veraz con creatividad y de un modo que surja de la amistad y construya comunidad. Con este estilo, el cristiano hará uso de historias; ejercerá su influencia en línea de manera responsable, ya que los cristianos deben ser “tejedores de comunión”; será reflexivo, no reactivo; será activo, fomentando iniciativas y proyectos que promuevan la dignidad humana; y será sinodal, ayudando a abrir los corazones y a abrazar a nuestros hermanos y hermanas.

La presencia de los cristianos en las redes sociales también ha de llevar el signo del testimonio. Los cristianos no están en las redes para vender un producto o hacer proselitismo, sino para dar testimonio. Es decir, están ahí para dar fe, con sus palabras y con sus vidas, de lo que Alguien -Dios- ha hecho, y para forjar una comunión que nos una en Cristo.

Tanto si a veces están en el lugar del herido, como si otras veces están en el del samaritano, o en ambos, los encuentros casuales de los cristianos en las plataformas de las redes sociales se convierten en un encuentro con un prójimo cuya vida les concierne y, en última instancia, con el Señor. De este modo, la comunicación nos permite experimentar la comunión que tiene sus raíces en la Santísima Trinidad, que es nuestra verdadera “tierra prometida”.

Día de las Redes Sociales 2023: Las Adoratrices, “Hacia la plena presencia” 

En nuestro camino “Hacia la plena presencia” en las redes sociales, las Adoratrices, resaltamos la necesidad de imitar el ejemplo del Buen Samaritano en la parábola, desplegando en estos espacios una actitud “de apertura y acogida” (Punto 28) a partir de la que propicia el encuentro con otras personas.

Esta interacción narrada en el Evangelio de Lucas “nos invita a dar el primer paso en el mundo digital. Estamos invitados a ver el valor y la dignidad de aquellos con quienes tenemos diferencias. Asimismo, estamos invitados a mirar más allá de nuestra zona de seguridad, de nuestros compartimentos estancos y de nuestras burbujas. Portarse como prójimo en el ambiente de las redes sociales requiere intencionalidad. Y todo comienza con la capacidad de escuchar bien, de dejar que la realidad del otro nos toque” (Punto 29).

En este sentido, nos sentimos interpeladas a ser microinfluyentes (Punto 74) que, al igual que los macroinfluyentes, demos testimonio de amor y acogida en el mundo digital. Asimismo, deseamos ser activas, esto es, “participar en proyectos que inciden en la vida cotidiana de las personas: proyectos que promueven la dignidad humana y el desarrollo; que tienen como objetivo reducir las desigualdades digitales; que promueven el acceso digital a la información y la alfabetización; que promueven iniciativas de cuidado y de recogida de fondos para los pobres y marginados; y que dan voz a los que no la tienen en la sociedad” (Punto 76).

También nos comprometemos a actuar como “tejedoras de comunión”, “poniendo en común nuestros talentos y habilidades, compartiendo conocimientos y sugerencias” (Punto 76) para que las redes sociales se conviertan en verdaderas comunidades de puertas abiertas, asumiendo el desafío de dar testimonio de nuestra fe en el mundo digital y de construir puentes que acerquen personas y no muros que las separen.

“Que la imagen del buen samaritano que venda las heridas del hombre apaleado, vertiendo sobre ellas aceite y vino, nos sirva como guía. Que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino” (Mensaje del Papa Francisco para la XLVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro, 24 de enero de 2014).

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