Así fue la preparación para los votos perpetuos de 8 hermanas Adoratrices

Así fue la preparación para los votos perpetuos de 8 hermanas Adoratrices

8 hermanas Adoratrices junioras se han preparado en Roma y Madrid durante dos meses para realizar los votos perpetuos.

Ahora, poco antes del gran día en el que renovarán su sí a Dios las 8 hermanas expresan su agradecimiento por este tiempo de formación, oración y congregacionalidad.

¡El Señor ha hecho maravilla en nosotras y estamos alegres! (Sal 126,3)

Queremos agradecer a toda la Congregación por los dos meses de formación y preparación a los votos perpetuos en las comunidades de Roma y Madrid. A continuación, expresaremos nuestras vivencias, agradecimiento y frutos de la experiencia carismática camino a nuestra consagración definitiva .

Marie Therese Francois

¡ALABADO SEA EL SANTISIMO SACRAMENTO! Gracias Señor por los dos meses de formación, me has permitido vivir. Dos meses llenos de tu bendición, fraternidad , espiritualidad, interculturalidad, compartir juntas con mis compañeras de formación y hermanas de comunidades de Europa. Tiempo de beber en la cuna de nuestra congregación, de ver y palpitar las huellas de nuestra fundadora Sta. María Micaela para seguir con fe mi vocación Adoratriz.

Gracias a hermana Teresa Valenzuela con su gobierno y a hermana Gabriela Valot con su equipo provincial, por permitirme vivir esta experiencia que enriquece y fortalece mi vocación. También gracias a las hermanas de Europa que me han acogido con mucho amor y cuidado. Me siento contenta y agradecida! Pido la oración de cada hermana, para que esta experiencia sirva como refuerzo en mi vida comunitaria y apostólica en entrega de cada día, ir haciendo Adoratriz que Santa Micaela quiere para cada una de nosotras tus hijas. ¡Gracias!

Hna. Gladys Herbas

Hermosa experiencia y profunda interiorización de nuestro Carisma Adoratriz, que me ha permitido conocerme más y disfrutar del ser Familia Congregacional.

Renovarme y refrescar conceptos, sean más humanos y fraternos, compartiendo con sencillez y creciendo en interculturalidad.

Profundicé en la fuerza de la oración; la que nos centra y amplía la mirada, permite la vivencia consciente de la Eucaristía y así poder ser coherente en la vivencia de mi Consagración.

Hna. Manu

¡Bendito tiempo, regalo del cielo!

Inyección congregacional, carismática y fraterna.

Vínculo familiar: nuevos rostros, nombres, riqueza diversa, ver el movimiento del cuerpo en un mismo ritmo. Nos escuchamos.

Celebramos, disfrutamos, reímos. Con el “nosotras” grande: compartimos la mesa, experiencias, historias, desafíos y sueños.

Tocada en la vida, movida, enviada con nueva luz a adorar, un “Nosotras” grande, un Dueño presente y vivo, crecieron mis raíces de identidad .

Daniela Corona

Este tiempo ha significado reafirmar mi entrega al Señor. Profundizar en nuestros orígenes de nuestra Congregación y misión. Redescubriendo el paso de Dios primeramente en nuestra Santa Madre María Micaela, en tantas hermanas que han mantenido y mantienen vivo el carisma y el paso de Dios en mi vida.

Agradezco al Señor por este tiempo, por llamarme, y por concederme la gracia de servirle en esta Congregación de Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad. “Adoratriz soy en verdad del Santísimo Sacramento, aunque no como debo y tan alta majestad merece” (Sta. María Micaela).

Jain de Stamla. S

“Sabemos que en todo Dios obra para bien de los que le aman, de los que son llamados según su propósito” (Rom, 8: 28).

La llamada de Dios es un Don único y Divino que es personal. Sentí un impulso interior de seguirle de cerca, y respondí a Su Llamada a través de un largo proceso de formación, oración, diálogo, discernimiento y acompañamiento. El tiempo de intensa preparación sirvió para profundizar en mi convicción de comprometerme con un “Sí” total al Señor. ç

Fue un período de profundización y asimilación del Carisma de Adoración – Liberación en profundidad para seguir la espiritualidad de Santa María Micaela. Para mí, esos días de gracia fueron para detenerme a reflexionar, descubrir, renovar y estar en contacto con mi corazón para profundizar mi vida de oración y tener una relación íntima con el Señor Eucarístico, que es el centro de mi vida. A pesar de la dificultad de comunicación, vivir en una comunidad intercultural amplió mi visión para descubrir similitudes y diferencias entre cada persona y su cultura. Será una ventaja para mí vivir en comunidades interculturales como una familia.

A medida que avance en la vida, teniendo una gran experiencia y renovándome con el espíritu de Santa María Micaela, estoy segura de que aumentará mi confianza y entusiasmo para llevar a cabo nuestra misión de Adoración – Liberación con determinación y compromiso.

Sarojini Dung dung

“Qué devolveré al Señor por toda su bondad para conmigo” (Sal 1116,12).

Mi experiencia personal de estos dos meses de formación me ha ayudado a experimentar la cercanía de Dios. Fue un tiempo guiado en la oración, la reflexión, la convivencia comunitaria y la misión apostólica. Reflexioné sobre mi vida pasada, mis experiencias personales y cómo el Señor ha obrado maravillas en mí.

La significativa celebración de la Sagrada Eucaristía y la adoración diaria ante el Santísimo Sacramento me han hecho experimentar el amor misericordioso de Dios. Pude ver la bondad de Dios en todas las cosas y me llené de alegría y entusiasmo para vivir la vida consagrada en comunidades interculturales.

Sentí que soy moldeada y guiada por el espíritu que actúa a través de diferentes mediaciones. Fui acompañada al encuentro y a la búsqueda de mi propia historia, vida y fe. Fue el momento de entrar en contacto con mis propios sentimientos para cuestionar mi motivación vocacional. He experimentado la sanación y la transformación en mi interior. Me ha ayudado a descubrir “quién soy yo” a renovarme, refrescarme, a reconocer mi vulnerabilidad y fragilidad, y a olvidar el pasado, vivir el presente, abrazar el futuro con esperanza y pasión para vivir el carisma. La riqueza de este curso ha ensanchado mi corazón y mi mente, y estoy convencida de mi compromiso de vivir una vida de testimonio.

Anjana Minz

La formación es un proceso y un período de discernimiento. Estos dos meses de tiempo precioso fueron para mí una experiencia de reflexión personal que me hizo tomar conciencia de “¿quién soy yo?” como adoratriz consagrada.

Las respuestas de mi vida están muy dentro de mí y cuando reflexioné profundamente en la presencia de Dios en mi oración personal, Adoración y celebraciones Eucarísticas pude encontrar una fuente abundante de fuerza, sabiduría, paz y alegría dentro de mí y ahí la transformación personal es posible.

El Señor me da esperanza, valor, fuerza, ánimo y alegría para tener una relación íntima con Dios, así como para discernir mi vocación y vivir fielmente mi vida religiosa.

Descubrí que la vida comunitaria es importante para el crecimiento de cada uno y es mi responsabilidad crear un ambiente de familia y el sentido de pertenencia para vivir en comunión en fraternidad. El tiempo que pasamos juntas, los momentos de disfrute y el compartir las experiencias de vida con nuestras hermanas de diferentes países fue inolvidable.

Que el Señor, nos bendiga a lo largo de nuestro camino de vida y siempre. Con el corazón agradecido doy las gracias a todas mis hermanas por esta oportunidad.

Anupama Lakra

Para mí, personalmente, estos dos meses de tiempo han sido una especie de mirada retrospectiva a mis últimos años de formación con una perspectiva diferente y descubrir la mano de Dios trabajando en mí en cada momento. Fue un tiempo de sanación de los sentimientos heridos y de reconciliación con uno mismo y con los demás. Tomé conciencia de mis propios defectos, de mi vulnerabilidad y de mi ego, que me alejan de Dios… Pude sentir la compañía constante de Dios en todo momento.

Vivir en una comunidad intercultural fue un reto, pero al mismo tiempo, caminando juntos, pude experimentar el amor fraternal, el cuidado, el apoyo y el sentimiento de pertenecer a una familia. Pude conectarme con mi interior y con Dios en momentos de oración y reflexión. Pude expresarle mis sentimientos más profundos y escucharle en silencio. El estudio de la espiritualidad de Santa María Micaela y su vida desde una perspectiva diferente fue una fuente de inspiración para ampliar mi visión y mirar a las mujeres con un corazón de misericordia y compasión.

Me abrí ante Dios y me dejé guiar y moldear por el Espíritu. Dios ha estado caminando conmigo y transformándome. Realmente he experimentado una profunda paz, alegría y serenidad en mi interior. Ha sido la experiencia más maravillosa y asombrosa de mi vida. Estoy siempre agradecida a Dios y a todas mis hermanas.

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