MEMORIA AGRADECIDA.
Acontecimientos precipitados para las Adoratrices en Julio de 1936
El Cardenal Prefecto, José Saraiva Martins, dio lectura a la Carta Apostólica en la que Su Santidad Benedicto XVI inscribe en el libro a los nuevos Beatos: “Nos…, en virtud de Nuestra Autoridad Apostólica, otorgamos la facultad de que los Venerables Siervos de Dios (citó a los integrantes de las 23 causas) que en España durante el siglo XX derramaron su sangre por dar testimonio del Evangelio de Jesucristo, en adelante se llamen con el nombre de Beatos, y su fiesta pueda celebrase anualmente el día 6 de noviembre”.
Al fin, el 28 de julio de 1936 el Gobierno General de Adoratrices con todo el personal allí residente tuvieron que abandonar la casa definitivamente de la calle Duque de Osuna, 5. El Gobierno se incautó del edificio, y quedó aquella misma noche, instalado en ella un Hospital de Sangre.
Así pues, quedaron instalados cuatro pisos para alojar a las hermnaas. Estando todos los pisos repletos, determinaron alquilar uno más amplio en la calle Costanilla de los Ángeles n.° 15, donde se fueron refugiando Adoratrices que venían huyendo de otras provincias.
COMUNIDAD DE GUADALAJARA: La comunidad de Guadalajara recibe la amenaza de los milicianos de abandonar la casa ya. La salida de Guadalajara fue muy dolorosa. Dos hermanas fueron destinadas a Madrid: Mª Dolores Hernández Santorcuato y Mª Dolores Monzón Rosales, las dos habían emitidos sus votos religiosos en marzo de 1936, estaban enamoradas de Cristo y del Carisma adoratriz
ALCALÁ DE HENARES: Los primeros días de septiembre fueron expulsadas de Alcalá todas las Hermanas. Unas hermanas a la cárcel y otras a Madrid. La Comunidad de Alcalá de Henares fue cruelmente perseguida: 11 de las hermanas fueron a trasladadas a Madrid a refugiarse en el piso de Costanilla de los Ángeles.
– H. Lucila de Jesús, había hecho sus votos perpetuos unos días antes de estallar la Guerra de Liberación. Deseaba ser mártir y lo repetía sin cesar «Si, seré mártir, porque ansío el martirio».
– H. Sinforosa de la Sagrada Familia, que llorando se lamentaba de que con aquel traslado le arrancaban de las manos la palma del martirio que en Alcalá contaba ya por segura.
– H. Luisa de la Eucaristía; H. Máxima de San José; H. Dionisia del Buen Pastor; H. Mª Prima de Jesús; H. Belarmina de Jesús; H. Purificación de María; H. Josefa de Jesús; Sor Herlinda y Sor Magdalena.
ALMERÍA: Al poco tiempo se aumentó esta comunidad con algunas Hermanas de la casa de Almería que, al salir de la cárcel que les dieron por hospedaje durante doce días, al echarlas de su casa-colegio vinieron a refugiarse en Madrid donde algunas se fueron con sus familiares y otras vinieron al piso de Costanilla de los Ángeles.
– Entre ellas estaban H. Blasa Labeaga. También ella era una de las enamoradas del martirio. Solía decir: “Yo moriré grit
ando: ¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús!; y H. Mª de la Presentación Ferreiro.
MADRID: Pertenecientes a la Comunidad de Madrid había varias hermanas: H. Casta de Jesús; H. Rosaura de María; H. Borja de Jesús; Sor Ángeles, Sor Herlinda; Sor Felipa y Sor Cecilia. Madre Manuela del Sagrado Corazón, Secretaria General de la Congregación y superiora del piso de Costanilla de los Ángeles. Ejerció la caridad heroica con todas las hermanas allí refugiadas.
EL PISO DE COSTANILLA DE LOS ANGELES
UN SAGRARIO VIVIENTE LAS 24 HORAS
Creyeron que el piso de Costanilla de los Ángeles, 15, era un lugar seguro y fue el piso más perseguido y
registrado por los milicianos. Contentas por la acogida fraterna de M. Manuela y porque tenían al Santísimo que les daba fuerza y acompañaba día y noche.
Nuestras hermanas viven entre el miedo y la entrega a Cristo hasta la muerte, como S. Ignacio de Antioquia: “Es cierto que deseo el martirio, pero ignoro si soy digno de él”.
En total 23 hermanas Adoratrices fueron acogidas en el piso de Costa