Este año tenemos la oportunidad de, con creatividad y cariño, reinventar esta entrañable fiesta congregacional. Tenemos que vivirla y acogerla con alegría y descubrir la sorpresa y la novedad que nos aporta, hoy, su vida.
….Ella nos encuentra a sus queridas Adoratrices inmersas en una situación impensable, viviendo procesos de confinamiento, desescaladas, cuarentenas etc. quizás preocupadas, tal vez asustadas por miedo al contagio, cansadas de la experiencia del confinamiento vivida, algunas atrapadas sin poder regresar a sus comunidades.
Las invito a hacer memoria de algunas experiencias de Micaela no muy diferentes a las nuestras, hoy…
Los relatos hablan de la exquisita e infinita caridad que desplegaba atendiendo a las colegialas y hermanas, en distintos periodos, a causa de infecciones, la peste, el cólera, etc. Prefiere cuidarlas personalmente hasta la extenuación, hasta la entrega total (Mujer Audaz p. 427-434) “Salgo para Valencia… voy preparada a vivir o morir…” (HC. Vol. I p. 556).
…….. Después de esta dolorosa experiencia nada ha de volver a ser igual, para nadie….nos debería llevar a preguntarnos como familia adoratriz: ¿qué nos está revelando este tiempo? Y ¿qué llamadas nos hace como Congregación?
… Micaela llevaba sus preguntas a Jesús ¿qué más quieres que haga? A su corazón apasionado sólo le interesaba saber si podía amarle más y servirle mejor…
Que la fe y esperanza de Micaela nos sostenga y anime…
Nuestra Santa Madre nos siga acompañando en este tiempo de conmoción y dolor. Pedimos interceda por el fin de esta pandemia y por nuestra Congregación para que podamos dar las respuestas generadoras de vida nueva que el mundo necesita.
Un saludo cariñoso a todos los que forman esta gran familia adoratriz, hermanas, mujeres, y laicos.
¡Feliz celebración de Santa Micaela! Micaela VIVE!
Les abraza con mucho cariño,
Hna. Teresa Valenzuela
Superiora general
(Extracto de Carta circular dirigida a la Congregación, junio de 2020)