La hermana Teresa Valenzuela, Superiora General, comparte el siguiente mensaje con motivo del 165º aniversario de la fundación de las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.
Querida Familia Adoratriz:
Hace un año que comenzamos a celebrar el 165º aniversario de la fundación de la Congregación, 165 años que el Espíritu Santo derramó sobre la Iglesia y el mundo, como suave fragancia el carisma de adorar y liberar, intuición que Micaela encarnó con corazón apasionado y contagio a otras para que se le
unieran.
En junio del año pasado con el lema: “Mirar el origen para revitalizar el futuro” fuimos invitadas a mirar para agradecer el don recibido y fielmente transmitido por nuestras antecesoras, a descubrir la fecundidad de la historia que construyeron y llega hasta hoy y profundizar en la identidad como mujeres
consagradas que quieren caminar con decisión hacia el futuro.
Porque honrar nuestras raíces supone hacer nosotras ahora por las que vendrán lo que ellas hicieron por nosotras. Por tanto sostenidas, y nutridas por su ejemplo, asumimos la responsabilidad de avanzar hacia el futuro y hacer lo que ellas hicieron pero desde la novedad que Dios nos inspire en el hoy en esta realidad que nos toca vivir.
Es una buena ocasión para agradecer a tantas hermanas que nos han precedido con su entrega y fidelidad de generación en generación; a HH. misioneras, apasionadas por Jesús Eucaristía, que desde los comienzos dejaron familia y patria para ir a llevar el carisma, Buena noticia, a otras tierras.
Este año de celebración nos movilizó a todas; las provincias trabajaron con creatividad para proponer y motivar las reflexiones que acompañaron las distintas etapas del proceso. Lo hemos recorrido y vivido con entusiasmo, en comunión y hoy nos encontramos para esta celebración, aunque de manera online, convocadas como familia adoratriz en torno a la Eucaristía, la celebración de Acción de Gracias.
Desde Republica Dominicana, en Santiago de los Caballeros donde me encuentro hoy realizando la Visita Pastoral a América quiero hacer llegar un cariñoso saludo fraterno a cada Adoratriz y a todos los que conforman esta gran familia: chicas y mujeres, para quienes fundó Santa Micaela, laicos, trabajadores y a
todos con quienes caminamos.
Les invito a dar gracias a Dios por el don del carisma de adoración-liberación y a comprometernos para responder a los desafíos que los tiempos actuales nos presentan y a hacerlo con valentía, creatividad y tenacidad. Tenemos un legado que cuidar y hacer fructificar para bien de la Misión encomendada en la
Iglesia y para bien de “Ellas…”.
Sintámonos todos /as invitadas a caminar juntas, desde la sinodalidad que la Iglesia nos propone, cuidando la vida en todas las formas y conscientes de la vulnerabilidad que somos construyamos el futuro que Dios nos quiere regalar.
Por último, deseo enviar un saludo a nuestras familias, nuestros padres, familiares y amigos que han acompañado y apoyado nuestro caminar vocacional como Adoratrices.
Un gracias a Dios por la vida entregada de tantas HH que han partido al cielo y siguen intercediendo por nosotras; a HH que compartieron un tramo del camino como Adoratrices y luego la vida y decisiones las llevaron por otros rumbos y proyectos, también han sido parte de esta gran historia que hemos
construido juntas hasta aquí.
A todos los amigos de la Congregación –laicos, sacerdotes y otras congregaciones- gracias por su amistad y apoyo, por la colaboración y la vida compartida.
Que esta celebración nos ayude a confirmar nuestro compromiso y llamada adoratriz para seguir soñando y proyectando futuro.
Que Sta. María Micaela, siga siendo nuestro modelo e inspiración, y nos acompañe especialmente en este tiempo y sostenga la unidad de todas sus Hijas y de esta gran familia que somos.
Hagamos fiesta, demos gracias por todo lo recibido al ritmo de adorar y liberar.
Felicidades a todas.
H. Teresa Valenzuela. Superiora General.
Santiago de los Caballeros, 18 de Junio, de 2022.