Adoratrices: Reflejando el ‘Sí’ de María y de Santa María Micaela en nuestra misión

Adoratrices: Reflejando el ‘Sí’ de María y de Santa María Micaela en nuestra misión

La Anunciación, el “Sí” de la Virgen María, junto con el de Santa María Micaela, sirven de modelo a las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad.

En la solemnidad de la Anunciación, la Iglesia contempla el “Sí” de María, un hito trascendental en la historia de la salvación. Ante el anuncio del Ángel Gabriel, la Virgen María, con humildad y confianza, aceptó la voluntad de Dios de ser la Madre de Jesús, el Salvador del mundo. Este “Sí” no solo constituye un acto de obediencia, sino también de profundo amor y entrega total a la misión que Dios le encomienda.

Además de este testimonio de la Virgen, de manera similar, la Familia Adoratriz intenta reflejar el “Sí” de Santa María Micaela. Ella, en 1850, tras escuchar la expresión de Dios “A ti te quiero yo en mi obra”, interpretó con claridad la voluntad del Señor para su vida. A partir de ese momento, se marchó a vivir con las mujeres a las que acogía en la casa-colegio que en 1845 había fundado en Madrid.

Con valentía y caridad, nuestra fundadora decidió dedicar por completo su existencia al servicio de las mujeres en situación de prostitución, viendo en ella el rostro de Cristo sufriente y ofreciendo su vida para restaurar su dignidad y esperanza.

Ambas Marías, cada una en su contexto histórico, respondieron a la llamada de Dios con una entrega incondicional que transformó sus vidas y las de muchas otras personas. En la Anunciación, María de Nazaret se convierte en el arca de la alianza, y, en su propio pasaje, Santa María Micaela, se convierte en instrumento de amor y misericordia para las mujeres excluidas en la sociedad de su época.

La Familia Adoratriz está llamada a seguir estos dos excelentes ejemplos de fe y de servicio en la misión de Adoración y Liberación que nos legó nuestra fundadora. Que el “Sí” de María y el de Santa María Micaela nos inspiren a escuchar y responder a la voluntad de Dios en nuestras propias vidas, sirviendo a aquellas mujeres que la sociedad ha olvidado con amor, respeto y dignidad.

Lee la noticia en inglés

Compartir

Noticias relacionadas