Adviento: Tiempo para adorar y servir. El Adviento nos invita a prepararnos para la Navidad, la fiesta del nacimiento de Jesús, el que viene a salvarnos, a liberarnos, a iluminarnos, a amarnos. El que viene a ser nuestro pan, nuestro alimento, nuestra fuerza, nuestra vida.
Para las Adoratrices, Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, y la Familia Adoratriz el Adviento presenta una dimensión especial, nos conecta con nuestra identidad y nuestra misión. El Adviento nos invita a vivir nuestro carisma de Adoración y Liberación, de contemplación y de acción, de intimidad y de solidaridad.
Nos invita a adorar a Jesús en lo mas pequeño, en lo que parece insignificante, en lo que parece no existir, en la fragilidad, a reconocer su presencia real y su amor infinito, a renovar nuestra fe. Y nos invita a servir a Jesús en las mujeres, a acoger su rostro sufriente y su dignidad, a defender sus derechos y su libertad, a acompañarlas en su proceso de recuperación e integración.
De este modo, el Adviento nos invita a vivir con coherencia y con pasión nuestra vocación, a dar testimonio de nuestra consagración y de nuestra fraternidad, a compartir nuestra espiritualidad, nuestro carisma y misión. El Adviento nos invita también a dar gracias a Dios por el don de nuestra fundadora, Santa María Micaela, y de tantas hermanas que han vivido y viven con fidelidad y generosidad su llamada a ser Adoratrices. El Adviento nos invita a pedir a Dios que siga llamando a más jóvenes a nuestra Congregación, que nos dé la gracia de discernir y acompañar sus vocaciones.
Que el Adviento sea para todas las personas un tiempo para amar y anunciar, para crecer y madurar, para vivir y celebrar. Que el Adviento nos prepare para celebrar la Navidad, el nacimiento de Jesús, el Emmanuel, el Dios con la humanidad.