Cada 20 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Justicia Social, una fecha clave para reflexionar sobre la necesidad de construir una sociedad más equitativa y solidaria.
Sobre este tema, el Papa Francisco subraya: “La Justicia Social es una expresión creada por la Iglesia, es inseparable de la compasión. Dios tiene tres atributos: cercanía, misericordia y compasión. Si nosotros queremos hacer una cosa de tipo social, por ejemplo, tenemos que ir con estos tres atributos. La justicia social es inseparable de la compasión” (Discurso a los movimientos populares, 20 de septiembre de 2024).
En este sentido, para nosotras, Adoratrices, la justicia social es más que un ideal: es una misión viva, inspirada en el Evangelio y en la defensa de la dignidad de las mujeres que acompañamos, en situación de prostitución, trata y otras formas de violencia. Queremos ser para ellas reflejo de la cercanía, misericordia y compasión del Señor, como nos invita el Santo Padre.
Concebimos la justicia social como un camino de acción hacia una humanidad más fraterna, donde cada persona tenga acceso a sus derechos fundamentales: libertad, educación, trabajo digno e igualdad de oportunidades.
El Papa Francisco y la Justicia Social
El mensaje del Papa Francisco resuena profundamente con nuestra concepción de la justicia enraizada en el Evangelio:
“Todos comprendemos que la justicia es fundamental para la convivencia pacífica en la sociedad: un mundo sin leyes que respeten los derechos sería un mundo en el que es imposible vivir, se parecería a una jungla. Sin justicia no hay paz. Sin justicia no hay paz. De hecho, si no se respeta la justicia, se generan conflictos. Sin justicia, se ratifica la ley del fuerte sobre los débiles, y eso no es justo.
Pero la justicia es una virtud que actúa tanto en lo grande como en lo pequeño: no sólo concierne a las salas de los tribunales, sino también a la ética que caracteriza nuestra vida cotidiana. Establece relaciones sinceras con los demás: cumple el precepto del Evangelio según el cual el hablar cristiano debe ser: «’Sí, sí’, ‘No, no’; Todo lo que se dice de más, procede del Maligno.»” (Mt 5,37). (Audiencia general, catequesis 3 de abril 2024).
Por tanto, la justicia social no solo depende de las instituciones, sino de cada persona que se compromete a analizar y cambiar realidades injustas. Desde Adoratrices, este compromiso se traduce en acciones concretas que desarrollamos a través de los proyectos sociales que presentamos en 24 países del mundo.
Justicia social en acción: El carisma y misión de Adoratrices
Desde que Santa María Micaela fundó nuestra Congregación en 1856, la Familia Adoratriz ha trabajado por la inclusión y el empoderamiento de mujeres en contextos de vulnerabilidad a través de nuestro carisma y misión de Adoración y Liberación.
La justicia social, para nuestra Congregación, significa:
- Ofrecer espacios seguros donde las mujeres puedan reconstruir su futuro con dignidad y libertad.
- Acompañar en sus procesos de liberación a mujeres que han sido víctimas de prostitución, de trata de personas y otras formas de violencia y explotación.
- Brindar oportunidades reales a través de la educación, la formación y la inserción laboral.
- Denunciar las injusticias y promover cambios estructurales en la sociedad trabajando con las instituciones.
Únete al cambio: Sé voz y acción de la Justicia Social
La justicia social se construye con pequeños gestos y grandes compromisos.
En este Día Mundial de la Justicia Social, queremos invitarte a reflexionar y actuar. ¿Cómo puedes contribuir a un mundo más justo?
- Comparte este mensaje en tus redes y ayúdanos a visibilizar la causa.
- Infórmate y sensibiliza a otros sobre la realidad de la trata y la explotación.
- Involúcrate y apoya iniciativas que defiendan la dignidad y los derechos de quienes más lo necesitan.
Como indica el Papa Francisco: “La inequidad es raíz de los males sociales.” (Discurso a los movimientos populares, 20 de septiembre de 2024). Es por ello que no podemos permanecer indiferentes. Construyamos juntas una sociedad donde la justicia y la misericordia caminen de la mano.